domingo, 21 de enero de 2024

Contemplación del silencio - Laura Cerrato

 



3

El alma no es viajera



El exilio:

¿es hacia afuera

o hacia adentro?


¿O acaso los desplazamientos

nos obliguen a veces

a replantear el signo 

de adentro y afuera?


Un adentro que es adentro

no renunciará a su vocación,

aunque nuestros sesgos errátiles

crean que nos trasladan de un lugar a otro.


Tal vez dejemos de lamentar

nuestros exilios ocasionales

cuando comprendamos

que no hay otra cosa que exilio


Afuera y adentro.


4


Toda lectura es leer de nuevo.


No importa que las palabras

lancen su desafío por primera vez

a nuestra ceguera.


Toda lectura es leer de nuevo

porque nuestra niebla

sólo admite la filtración luminosa

que abre sobre lo que ya conocemos.

Como el ciego

que ha mensurado cuidadosamente

los detalles más ínfimos

de su diario recorrido.


Por eso, en toda lectura

el asombro sólo puede consistir

en la constatación

de que los hitos se encuentran previsiblemente

donde ya sabíamos que debían estar.


5


                         Traduciendo a Beckett traduciéndose


Traducir de un idioma que no conozco

a otro que tal vez conozca.

¿Pero, acaso no estaré traduciendo

un idioma que no conozco

a otro que tampoco conozco?


O, tal vez, al traducir de un idioma que no conozco,

perfeccione el desconocimiento del mío.


Y podría ser que al traducir

un idioma que no conozco

a otro que tampoco conozco

llegue a conocer el primero.

O el segundo.


Y llegar a traducir de un idioma que no existe

podría constituir

nuestra única posibilidad de aprendizaje.


8


¿Cómo puede el vacío en la semilla

encontrar en la tierra

las huellas de antiguas desapariciones?

Y volver a ser.


Una ausencia en los terrones

alcanza, a través de las edades,

las reiteradas destrucciones de la especie

en su marcha invertida.


Algo así como encontrar en el pasado

la propia desaparición.


9


Leyendo a Silesius


Este es el lugar donde ya no hay lugar.

El sitio sin razón, la rosa sin preguntas.

El grito no es el grito y lo otro está en el uno.

La luz señala la falencia de los ojos.

No hay adentro ni afuera,

no hay vida ni muerte.


Todo es sin por qué, como la rosa.


25


Escribir con el lápiz  que escribe

sobre las señales

del lápiz que no escribe.


O escribir con el lápiz que no escribe

sobre las señales

del lápiz que escribe.


¿Cuál es el texto verdadero?

Tal vez solamente los espacios invisibles

entre lo que se escribe

y lo que no se escribe

puedan componer el texto definitivo.


O tal vez debamos encontrar un lápiz

que escriba y no escriba a la vez.


34


las esperas en aeropuertos

con nieblas y aviones demorados

me acercan más a ti

aunque el vuelo sea en sentido contrario


el súbito suspenso

en el medio de la nada

en el país del no tiempo

donde las lenguas se entrecruzan

(hasta parecerme que la gente habla

un secreto u olvidado código amoroso)

me desterritorializa de todo

y entonces giro en un torbellino invisible

del que tú eres el centro y lo rodeas

pero no entras


en este andar por las periferias

que me resulta lo más terrible

y maravilloso del amor

siempre cerca y nunca en:

porque ¿ quién podría realmente

estar dentro de sí mismo?


38


pensando en ella entre fuegos de artificio


miro el cielo encendido

mientras agoniza

entre nubes el estruendo


y me pregunto si allí donde ella está

mira el mismo cielo que yo miro

las mismas nubes y estrellas y luces de artificio


y me pregunto si mirar

no es crear el propio cielo

las propias luces y nubes y ruidos


y me digo entonces

que no existe el mismo cielo

para dos



Laura Cerrato, Contemplación del silencio, Libros de Tierra Firme, Bueno Aires, 1999.


Obra visual: Bernard Le Nen








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