en cuanto a la cosa en sí
la hormiga la transporta
sin susto
asida con la boca
camina ligera ligera sobre la ciénaga del ser
entre la nada y otra vez la nada
a recoger muestras del dios
y hacer con ellas su comida
desconoce su propia oscuridad
pero habla en lenguas
de mayor antigüedad que el arameo
no necesita llegar a la luna: forma parte de ella
su corazón —largo tubo dorsal por donde fluye la hemolinfa—
es más sabio que el tractatus de wittgenstein
del libro acúfenos
editorial Zindo&Gafuri 2017
hormiga en gota de ámbar
fui puesta sobre la tierra para ser
encerrada por siempre en una gota de ámbar
ámbar: dicen que significa: lo que flota en el mar
pero no flota
y en ella conmigo entró el espíritu:
condición necesaria para saber que eres
y vi mi alma
y fuimos dos y una fuimos
viendo pasar
—con horror y delicia—
las fabulosas madres del cretáceo
los verdes matorrales los helechos los delicados amonites
lo más grande junto a lo más pequeño
la aparición milagrosa de la flores
y después de la gran extinción: la nueva la más cruel tiranía
vestida y perfumada en versace
pero quizá quizá
llevo siglos durmiendo y he creído haber visto
mecánica celeste
salimos de de dios —pero ese no es su nombre—
una tras otra siguiendo
el tibio olor de nuestra propia vida
y la maravillosa oscuridad del reino
no sabemos qué significa yo qué significa tú
somos un solo cuerpo abandonado
a su propia
mecánica celeste
nuestra virtud no consiste en saber
sino en seguir y seguir alimentando
el movimiento constante
del gran vientre de la necesidad
somos pequeños monjes de un invisible monasterio
y como los salmones
en un abrazo gravitacional
avanzamos contra la corriente
incesante del caos
la sombre de una hormiga
pequeña es la sombra de una hormiga
pequeña como las letras de san isidoro
—doctor universal de la iglesia
en tiempos de la oscura hispania visigoda—
puso el santo en latín en su magno tratado
que la palabra hormiga
viene de recoger restos de trigo
el santo es santo y su letra
aunque menuda
fulgura como aliento de dios
oscura gótica y escasa:
la sombra de una hormiga
pero más poderosa que la luz más firme
en su propósito:
y sin fragmentación ni desarraigo
María Rosa Maldonado, El libro de las hormigas, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2020
Obra visual: Gyula Kosice
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