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sábado, 8 de agosto de 2020



El problema es convertir el espacio, que en sí mismo es frío, en atmósfera; en algo sensible y vivo. Mi trabajo es instintivo y es siempre una improvisación. Una improvisación lenta  y construida. Todo lo que pongo en un lienzo (color, dibujos, manchas, texturas...) es ensamblado por el aire. Pero el aire no se puede pintar, surge espontáneamente. Lo que asumo como pintar en un cubo y no sobre un plano. Todo esto conduce a una pintura alejada de símbolos y conceptos, autorreferencial y autónoma. El color es el agua donde nadan los ojos. Las líneas y los dibujos son las patas del pájaro, con ellas corre; la pintura son sus alas, con ellas vuela. A veces la acción es independiente de la intuición. A menudo se sincronizan. Cada día es distinto. Pero siempre intento que los colores piensen. Tengo con el color una relación familiar e íntima, ni siquiera pongo nombre a los colores. Pintar es ver y mirar; con un ojo telescópico y con otro microscópico a la vez. (Fernando Biderbost)

Superpoderes - Florencia Fragasso

 






Coreografía

Ocho mesas tiene el bar
seis ocupadas
dos vacías
me siento en la séptima
que elijo por ser de las dos restantes
la única que mira a la calle
somos ahora siete mujeres
una en cada mesa
cuatro a la calle, tres
a la nada
dos leen el diario
una un libro
otra está con un bebé en un cochecito
me sorprendo de no ser yo la del bebé
todas mayores de cincuenta
menos yo y la del bebé
no tengo qué leer ni qué escribir
no planeaba venir
anoto esto en la parte de atrás
de la cartilla médica de la prepaga
la puerta se abre, dejando entrar algo del ruido de la calle,
entra la octava


Florencia Fragasso, Superpoderes, Editorial El ojo de mármol, Buenos Aires, 2015.