En el centro de la flor
en el centro
de la sombra de la mano
brilla exacta
la yema del tiempo.
Selva Dipasquale, La sombra de la mano, Zindo & Gafuri, Buenos Aires, 2014.
Fotografía: Shomei Tomatsu
En el centro de la flor
en el centro
de la sombra de la mano
brilla exacta
la yema del tiempo.
Selva Dipasquale, La sombra de la mano, Zindo & Gafuri, Buenos Aires, 2014.
Fotografía: Shomei Tomatsu
TODO PARECE
Todo parece estar dispuesto
de manera precaria, todo parece
pender de un hilo, como el destino
de los héroes. Depender de un detalle
o de una voluntad dada al capricho,
lo opuesto de lo férreo, todo
como para no durar demasiado, demasiado
poco, me parece, te parece,
armado o estructurado o atado
con hilos lábiles, "con alambre",
tal la expresión argentina,
con delgadas convicciones
dicho todo, desdicho, deshecho
como los desechos acarreados
por una lluvia espesa, ruidosa
primero y luego fina, también
precaria como
todo eso que nos parece.
Fabián O. Iriarte, Pocas probabilidades de lluvia, El jardín de las delicias, Buenos Aires, 2021.
Obra visual: Juan Del Prete
CUANDO LA IDEA DEL YO SE ALEJA
DE LO QUE VA ADELANTE
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
apoyo en el suelo,
vueltas las manos hacia arriba,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: "Yo soy",
y en la que enfermedad y muerte,
vejez y nacimiento,
ya no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.
Antes hacía, ahora comprendo.
Alberto Girri, El ojo, Editorial Losada, Buenos Aires, 1964.
Obra visual: Manuel Mendive
CARTA A RICARDO REIS
las palabras nunca son
del tamaño de las cosas
¿o deberían serlo?
¿debería el cielo entrar
en la palabra cielo?
el nombre designa
aquello que traiciona
lo que se nombra es un residuo
la radical extrañeza de la reducción
un pacto
entre lo visto y lo oído
un modo de relatar la realidad
por similitudes
por aproximaciones
por cuanto a pesar
de la aceptación de los signos
queda
al margen
Jonio González, Esbozos y representaciones, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2022.
Obra visual: Luis Felipe Noé.
UN LÁPIZ 5
El arma más poderosa
del mundo no es ni
atómica ni nuclear, no
es ni pistola ni cuchillo
El arma más poderosa
de todas es un pedazo de
madera, con este pedazo
de madera es posible
hacer lo que quieras,
Hacer lo posible, hacer lo
imposible mil maneras de
cambiar el mundo de
Tu manera con un pedazo
de madera
Joaquín Laureano
Pie firme sobre cálido cielo, El libro de las chicas y los chicos de Poesía en la Escuela, Compilación Marisa Negri y Alejandra Correa, Poesía en la Escuela Ediciones, Buenos Aires, 2016.
Escultura: Jasenko Đorđević
Unidad
Los árboles son fáciles de hallar. Están plantados en el suelo. Maman del sol por las hojas y por la tierra beben agua. Cantan en el viento y reciben la lluvia de gajos abiertos. Están los que dan frutas y los que dan frutos. Los de copa ancha y los que habitan las ardillas. Los que llueven después de la lluvia, los cabelludos. Los más jóvenes; mudos. Los árboles están parados. Uno a uno enfilados en la alameda. Crecen para arriba, como las personas. Pero nunca se acuestan. El cielo aceptan. Crecen como las personas, pero no son sueltos en los pasos. Son más grandes pero ocupan menos espacio.
Arnaldo Antunes, Las cosas, Editorial Yaugurú, Uruguay, 2012.
Traducción: Héctor Bardanca
Obra visual: Yoshiro Tachibana
entiendo más los sueños con sus irreproducibles escenas
mitad viento mitad ladrillos que la vida con su lógica pesa-
da y estricta los sueños traen arenales limpios e imposibles
besos con imposibles hombres y cuando me despierto es-
cribo el desvío y el daño
María Malusardi, el desvío y el daño, Editorial Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2017.
Obra visual: Zdzisław Beksiński
Como quiera que sea, las glaciaciones que nos expulsaron de los árboles condenándonos a una vida que no es la nuestra fueron un acontecimiento irreversible. No es posible la vuelta atrás. Hemos construido un mundo para bípedos sentados que nada tiene que ver con nuestro cuerpo, un mundo que será heredado por los organismos que mejor se adapten a la supervivencia. Puesto que paso la mayor parte de mi vida sentado en mi escritorio, la forma que me sería más cómoda de asumir sería la de una serpiente. Enrollada en sus anillos, la serpiente distribuye su peso uniformemente sobre el cuerpo y puede transmitir cada mínimo movimiento a todos sus miembros, manteniéndolos en ejercicio sin necesidad de moverse. Soy consciente de que un yo-serpiente, al disponer sólo de la cola para todas las llamadas operaciones manuales, vería disminuidas algunas de las capacidades físicas y mentales ligadas a la digitación, desde la mecanografía hasta el uso de obras de consulta, desde el contar con los dedos hasta comerse las uñas, etc.
En consecuencia, la forma perfecta sería la del pulpo o la del calamar gigante, cuya redundancia de patas de gran versatilidad locomotora-prensil-postural se convertiría en un incentivo para nuevos talentos activos, para nuevas metodologías y actitudes. Al fin y al cabo, un pulpo puede conducir perfectamente un automóvil. Por lo tanto, está claro que los pulpos serán los que ocupen nuestro puesto; el mundo que hemos construido está hecho a su imagen y semejanza. Hemos trabajado para ellos.
Ítalo Calvino, Mundo escrito y mundo no escrito, Ediciones Siruela, Madrid, 2006.
Obra visual: Jerold Bernhard Pakasi