Mis obras son frágiles, algunas veces cambian. Creo en la fluidez. Para mí es importante que cambien y descubrí que el heno es bueno para eso…El color me interesa más como otro material que tiene significado, no como una ilusión. El material es en realidad el espíritu.
Cuando una estrella explota todo el material va al cosmos, y luego un día será recompuesto. Será otra estrella, por eso guardo todos los restos de mis cuadros en cajas…
Las ruinas para mí son símbolos de un comienzo. Con los escombros puedes construir nuevas ideas.
No pinto porque el lienzo esté vacío. Comienzo a pintar porque he tenido una experiencia muy fuerte. Cuando estoy abrumado por algo que me mueve, algo que es más grande que yo. Puede ser una experiencia real con una persona, un paisaje, una pieza musical o un poema. Si realmente estoy sorprendido por algo, tengo que actuar en consecuencia porque me sobrepasa. Los críticos siempre dicen que mi objetivo es abrumar, pero en realidad, yo soy el que está abrumado. Eso es lo que sucede cuando creo. Si no te sientes abrumado, ¿por qué estás vivo? De lo contrario, no hay ninguna razón para estar aquí.
Trabajo con símbolos que vinculan nuestra conciencia con el pasado. Los símbolos crean una especie de continuidad simultánea y recordamos nuestros orígenes.
Mis escritos son para mí una forma de recordar. Lo nuevo surge de la memoria.