lunes, 3 de febrero de 2025

Gyula Kosice



La mejor obra que hice hasta ahora es la que está por venir. Por eso mi idea del ser humano como filosofía porvenirista, lo que está por venir. Es la mejor forma de sentirse inspirado: se echa a andar el motor de la imaginación, que no tiene límites, y es igual que el espacio, infinita. (Gyula Kosice)

jueves, 16 de enero de 2025

María Rosa Maldonado, El libro de las hormigas






en cuanto a la cosa en sí



en cuanto a la cosa en sí
la hormiga la transporta
sin susto
asida con la boca
camina ligera ligera sobre la ciénaga del ser
entre la nada y otra vez la nada
a recoger muestras del dios
y hacer con ellas su comida
desconoce su propia oscuridad
pero habla en lenguas
de mayor antigüedad que el arameo
no necesita llegar a la luna: forma parte de ella

su corazón —largo tubo dorsal por donde fluye la hemolinfa—
es más sabio que el tractatus de wittgenstein


del libro acúfenos
editorial Zindo&Gafuri 2017


hormiga en gota de ámbar



fui puesta sobre la tierra   para ser
encerrada por siempre en una gota de ámbar
ámbar: dicen que significa: lo que flota en el mar
pero no flota

y en ella  conmigo  entró el espíritu:
condición necesaria para saber que eres
y vi mi alma

y fuimos dos y una fuimos
viendo pasar
—con horror y delicia—
las fabulosas madres del cretáceo
los verdes matorrales los helechos  los delicados amonites

lo más grande junto a lo más pequeño
la aparición milagrosa de la flores

y después de la gran extinción: la nueva la más cruel tiranía
vestida y perfumada en versace

pero quizá  quizá
llevo siglos durmiendo y he creído haber visto



mecánica celeste



salimos de de dios   pero ese no es su nombre
una tras otra     siguiendo
el tibio olor   de nuestra propia vida
y la maravillosa   oscuridad del reino

no sabemos   qué significa  yo    qué significa   tú
somos   un solo cuerpo     abandonado
a su propia 
mecánica celeste

nuestra virtud  no consiste en saber
sino en  seguir y seguir   alimentando
el movimiento constante
del gran vientre de la necesidad

somos  pequeños  monjes de un   invisible  monasterio

y  como los salmones
en un abrazo gravitacional
avanzamos  contra la corriente
incesante  del caos



la sombre de una hormiga



pequeña es  la sombra de una hormiga
pequeña  como las letras de san isidoro
—doctor universal de la iglesia
en tiempos de la oscura  hispania visigoda—

puso el santo  en latín  en su magno tratado
que la palabra hormiga
viene  de  recoger restos de trigo

el santo  es santo  y su letra 
aunque menuda
fulgura  como aliento de dios

oscura  gótica  y escasa:
la sombra de una hormiga

pero  más poderosa que la luz  más firme
en su propósito:

y  sin fragmentación  ni desarraigo


María Rosa Maldonado, El libro de las hormigas,  Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2020

Obra visual: Gyula Kosice



Henri Matisse


Finalmente llegué a considerar los colores como fuerzas que se deben combinar según lo dicte la inspiración. Los colores pueden transformarse por relación; un negro se convierte en rojo-negro cuando se lo pone al lado de un color más bien frío como el azul de Prusia, azul-negro si se lo pone al lado de un color que tiene una base extremadamente cálida: el naranja, por ejemplo. A partir de ese momento, comencé a trabajar con una paleta especialmente compuesta para cada cuadro mientras trabajaba en él, lo que significaba que podía eliminar uno de los colores primordiales, como un rojo o un amarillo o un azul, de mi cuadro. Y va directamente en contra de la teoría neoimpresionista, que se basa en la mezcla óptica y las restricciones de color , cada color tiene su reacción. Por ejemplo: si hay rojo, tiene que haber un verde... En un cuadro, las reacciones de color neoimpresionistas implican dominantes. Estas dominantes crean reacciones, pero tienen que seguir siendo dominantes... En términos de intensidad, mis reacciones no están subordinadas a las dominantes, están al mismo nivel... Todos los colores cantan juntos; su fuerza está determinada por las necesidades del coro. Es como un acorde musical. (Henri Matisse)





sábado, 4 de enero de 2025

Nancy Graves






Intento desafiar, conceptual y visualmente, la lógica de la construcción. Mis esculturas no están equilibradas de manera uniforme en el sentido visual obvio, sino que están equilibradas por el desequilibrio.


Ana Claudia Díaz - Conspiración de perlas que transmigran






Segundo mediodía

a Angela, mi nona

Retener el tiempo
como forma de impedir que avance y desaparezca
la imagen que queremos y mostramos de nosotros mismos.

El flamenco deja caer al costado sus plumas rosas
y se deshoja.
Como un clarar el meridiano
se suspende en el suelo sin sombras
o en el incendio brillante
que deja al descubierto su piel de verano
sus velos de la infancia.
Desde ahí observa y advierte
la velocidad es precisa
la inmediatez se aquieta.

Solo él repara la urgencia
en cuerpo flotante que parece sujeto al fondo del río
pero sin sumergirse
como una de esas boyas de colores fuertes
naranjas o amarillo raído
para que cuando volvamos por ella
sepamos donde está
sepamos de pronto quiénes somos
y nos encontremos ahí
donde interrumpe el cotidiano con su imagen desnuda.

No hay contorno de huellas en el agua
y el pliegue de las pequeñas olas
decanta frágil la armonía.


Eclipse

Vinieron las abejas
salí en camisón para verlas llegar
en vaivén, zarandeando el cielo
llevaban flores como sombrillas.
En la hamaca de coral, las espero.
Estaba todo el yuyo vertido con jarabe dulce
casi ni se veía, índigo.
Como anzuelos que brotan
con la velocidad del sueño.


Encierro lo mismo

Por primera vez veo granizar acá
es como el ruido de las ramitas que busqué para encender el fuego
crispar crocante de almendras tostadas en un horno
palabras que quedan resonando y se repiten contra la pared.


Devenir

De velas blancas, de álamo el viento
de pequeños peces de aire que lo habitan.
Desde ahí, se sucede
La palabra puente.


El miedo azul

A la orilla
habían asomado las tortugas, inmensas
temiendo que explote el mar
trepaban por la arena, con la agilidad de un niño.


Ana Claudia Díaz, Conspiración de perlas que transmigran, Ediciones Zindo & Gafuri, 2013.

Obra visual: Nancy Graves





miércoles, 1 de enero de 2025

Lila Zemborain - Usted





Miro desde la barranca
una ventana que se abre oscura
hacia la casa
y pienso en qué episodios ocurren
en ese cuarto 
sabiendo que soy la que vive en ese cuarto
que ya no me pertenece

Estar sentada en la barranca de los perros
con miedo a ensuciarme
un miedo que no contemplaba
cuando el pasto era escenario
de encuentros de amor
que aún hoy se repiten
en esta barranca gigantesca
que mira hacia los plátanos
y vive resguardada
por los famosos gomeros de la ciudad

Me gustaba mirar ese mar de árboles
desde el altillo existencialista
Tenía extrañas visiones de los eucaliptus
como formas milenarias
que son parte del planeta
y sentía una percepción de lo sagrado
que hoy sería ecología

Tener esa ilusión de que se va a cambiar algo
que se está cambiando algo
y después resulta que sí
que algo cambia
después de años
de estar sumergida en una masa de inercia
casi imposible

Vendrán las hijas de mis amigas
a la plaza del barrio 
y a lo mejor pensarán 
qué sucia está esta plaza

Y en el mejor de los casos
vendrán a besarse con sus novios
bajo las ramas protectoras del gomero

O se acostarán en el pasto
a tomar sol con sus amigas


***

Sus manos

En la caída final sus manos se deshacen contra el piso y sabe que esas manos no han podido luchar por todo lo que se les ha escapado de las manos. Esas manos nada, nada han podido retener. Ni siquiera en el momento del salto al vacío. ¿Quién tira? ¿Quién salta? ¿Quién cae? Sólo queda el encuentro de las manos y el vacío. Pero el vacío termina cuando llega al suelo. Si el pozo fuera sin fin y la caída infinita no habría manos rotas. Pero sí. Hay manos rotas. Manos que supieron tocar. Manos que supieron acariciar. Manos que supieron aferrar.

***

Mi padre se lava la cara con la esponja
se enjuaga el jabón
y en ese acto mecánico
cotidiano
es todos los que fue
todos los que será
y todos lo que no volverá a ser

***

Vivo con los restos de lo que fue

Son restos 
Son mortales

Se desintegran
Se diluyen

Ya no hay extrañeza

Ni fantasma


Lila Zemborain, Usted, Ediciones Último Reino, Nueva York, 1998.

Obra visual: Henri Matisse






viernes, 2 de febrero de 2024

Horacio Castillo - Por un poco más de luz - Obra Poética 1974-2005

 




Arte poética


Soltar la lengua, de manera que no trabe el producto

que viene desde adentro, impulsado

por una fuerza superior

y el hábil juego de riñón y diafragma;

Insistir presionando los músculos

como para expulsar

un caballo o un cíclope;

repetir el procedimiento

provocándolo inclusive con los dedos

o una materia acre,

hasta quedar vacío, sólo reseca piel, 

odre para colgar del primer árbol,

extenuada matriz de lo volátil, acaso de la luz.


Culto


Cada vez que llega ante la sepultura

besa la cruz, mueve desconsolada

la cabeza de un lado a otro

y se pone a ordenar silenciosamente las flores.


Va y viene a la canilla cercana,

cambia el agua del cántaro,

y cuida que las hormigas no avancen

sobre la tierra todavía removida.


Luego recoge lentamente sus cosas,

besa de nuevo hasta mañana la piedra,

y regresa por la soleada avenida

donde siempre cante uno de esos pájaros que cantan

       en los cementerios.


Anquises sobre los hombros


Todos llevamos, como Eneas, a nuestro padre sobre

          los hombros.

Débiles aún, su peso nos impide la marcha,

pero luego se vuelve cada vez más liviano,

hasta que un día deja de sentirse

y advertimos que ha muerto.

Entonces lo abandonamos para siempre

en un recodo del camino

y trepamos a los hombros de nuestro hijo.


Apenas por un poco más de luz


Hemos sido mucho tiempo prisioneros de los conceptos.

Demasiados han muerto por una palabra,

o menos, por su sombra,

para seguir haciéndolo.


Seamos honestos: luchamos, sí,

pero apenas por un poco más de luz,

la dignidad de haberlo intentando.


Hice un hoyo


Hice un hoyo en la tierra

y lloré dentro de él; lloré de bruces,

hasta que el llanto llegó al fondo,

hasta que todo se anegó,

hasta que brotó de la profundidad

un tallo que nadie hubo tocado.


El quejido


Quejido animal de lo que tiene fin, quejido

de rosa recién abierta, de pájaro cayendo,

quejido de gato escaldado, de apaleado, de empalado,

quejido de cangrejo en el aceite hirviendo,

quejido de buey, quejido de himen, quejido de rama,

       quejido de fruto,

quejido de hueso quebrándose, de última mirada,

quejido de cuaderna, de varenga, quejido de cripta,

quejido de sueño secándose en la piedra,

quejido del azul, quejido del negro, quejido del rojo,

quejido diurno, quejido nocturno, quejido del sí,

        quejido del no,

quejido de virgen en el ojo del unicornio,

quejido de ménade con la pierna amputada,

quejido de lo que es, quejido de lo que no es,

quejido de lo que nació, quejido de lo que murió,

quejido mío, tuyo, quejido de todos, quejido de nadie.

      ¡Ay, ay!


Grandes migraciones


Viajaban en la dirección de las grandes aves.

Había perdido el sentido de orientación

pero conservaban todavía el instinto gregario

y de noche, para no dispersarse, se ponían a escandir.

"La lengua madre, no olvidemos la lengua madre",

       recitaban,

y las sílabas se perdían una tras otra en bocas fenicias.


Viajaban en la dirección de los grandes vientos.

De pronto una ráfaga voluptuosa envolvía la tierra

y arrojaba el azul de sus ojos al corazón de los bosques.

Entonces volcaban las urnas llenas de ceniza

y el aire se poblaba de un polen secreto y terrible.


Viajaban en la dirección de las grandes nubes.

Pasaban lentamente sobre las reliquias y los huesos

y se ponían a contar: contaban días, noches,

contaban lunas, piedras, granos de arena, piojos,

contaban cabellos, galaxias, incendios, civilizaciones,

contaban y contaban, no dejaban nunca de contar.


Viajaban en la dirección de los grandes sueños.

Cerraban los ojos y veían colinas en flor, 

deltas donde la sombra se recogía en la palma de las

          manos

caballos y fluctuaciones en las viñas de la luz.

Cerraban los ojos y la noche caía sobre la historia

como un perdón que llega después de mil años.



Horacio Castillo, Por un poco más de luz, Obra Poética 1974-2005, Editorial Brujas, Córdoba, 2005.

Obra visual: Julio Le Parc

domingo, 21 de enero de 2024

Laura Cerrato - Contemplación del silencio

 



3

El alma no es viajera



El exilio:

¿es hacia afuera

o hacia adentro?


¿O acaso los desplazamientos

nos obliguen a veces

a replantear el signo 

de adentro y afuera?


Un adentro que es adentro

no renunciará a su vocación,

aunque nuestros sesgos errátiles

crean que nos trasladan de un lugar a otro.


Tal vez dejemos de lamentar

nuestros exilios ocasionales

cuando comprendamos

que no hay otra cosa que exilio


Afuera y adentro.


4


Toda lectura es leer de nuevo.


No importa que las palabras

lancen su desafío por primera vez

a nuestra ceguera.


Toda lectura es leer de nuevo

porque nuestra niebla

sólo admite la filtración luminosa

que abre sobre lo que ya conocemos.

Como el ciego

que ha mensurado cuidadosamente

los detalles más ínfimos

de su diario recorrido.


Por eso, en toda lectura

el asombro sólo puede consistir

en la constatación

de que los hitos se encuentran previsiblemente

donde ya sabíamos que debían estar.


5


                         Traduciendo a Beckett traduciéndose


Traducir de un idioma que no conozco

a otro que tal vez conozca.

¿Pero, acaso no estaré traduciendo

un idioma que no conozco

a otro que tampoco conozco?


O, tal vez, al traducir de un idioma que no conozco,

perfeccione el desconocimiento del mío.


Y podría ser que al traducir

un idioma que no conozco

a otro que tampoco conozco

llegue a conocer el primero.

O el segundo.


Y llegar a traducir de un idioma que no existe

podría constituir

nuestra única posibilidad de aprendizaje.


8


¿Cómo puede el vacío en la semilla

encontrar en la tierra

las huellas de antiguas desapariciones?

Y volver a ser.


Una ausencia en los terrones

alcanza, a través de las edades,

las reiteradas destrucciones de la especie

en su marcha invertida.


Algo así como encontrar en el pasado

la propia desaparición.


9


Leyendo a Silesius


Este es el lugar donde ya no hay lugar.

El sitio sin razón, la rosa sin preguntas.

El grito no es el grito y lo otro está en el uno.

La luz señala la falencia de los ojos.

No hay adentro ni afuera,

no hay vida ni muerte.


Todo es sin por qué, como la rosa.


25


Escribir con el lápiz  que escribe

sobre las señales

del lápiz que no escribe.


O escribir con el lápiz que no escribe

sobre las señales

del lápiz que escribe.


¿Cuál es el texto verdadero?

Tal vez solamente los espacios invisibles

entre lo que se escribe

y lo que no se escribe

puedan componer el texto definitivo.


O tal vez debamos encontrar un lápiz

que escriba y no escriba a la vez.


34


las esperas en aeropuertos

con nieblas y aviones demorados

me acercan más a ti

aunque el vuelo sea en sentido contrario


el súbito suspenso

en el medio de la nada

en el país del no tiempo

donde las lenguas se entrecruzan

(hasta parecerme que la gente habla

un secreto u olvidado código amoroso)

me desterritorializa de todo

y entonces giro en un torbellino invisible

del que tú eres el centro y lo rodeas

pero no entras


en este andar por las periferias

que me resulta lo más terrible

y maravilloso del amor

siempre cerca y nunca en:

porque ¿ quién podría realmente

estar dentro de sí mismo?


38


pensando en ella entre fuegos de artificio


miro el cielo encendido

mientras agoniza

entre nubes el estruendo


y me pregunto si allí donde ella está

mira el mismo cielo que yo miro

las mismas nubes y estrellas y luces de artificio


y me pregunto si mirar

no es crear el propio cielo

las propias luces y nubes y ruidos


y me digo entonces

que no existe el mismo cielo

para dos



Laura Cerrato, Contemplación del silencio, Libros de Tierra Firme, Bueno Aires, 1999.


Obra visual: Bernard Le Nen








domingo, 7 de enero de 2024

Roberto Matta





 Intento pintar la explosión original, pero si quisiera definir mi obra diría que es una danza, en realidad a veces creo que una bailarina la hace con la levedad de sus pies. Podría titular un cuadro: Impromptu de Isadora Duncan o Nijinsky... No obstante siempre he vinculado al hombre con la naturaleza, cuando pinté los volcanes en erupción tan sólo quería mostrar un estallido interior./ No puedo decir nada de mi pintura, porque el arte en general no me interesa. Creo que el hombre es un ser insignificante y pretencioso. Nada he pintado todavía que se pueda comparar con una hoja, con una bacteria. La pintura sólo tiene importancia para los críticos y para los mercaderes del arte, para los millonarios que la ostentan en sus salas; a mí sólo me importa la orientación, la rosa de los vientos del espíritu. Yo pinto para no olvidar el latido de mi corazón, el movimiento de las olas, las galaxias.../  He comenzado a desconfiar de mi obra desde cuando la empezaron a poner en las enciclopedias. Los museos generalmente cuelgan el arte domesticado, domeñado. Es triste ver amaestrada una obra que fue libre, observar al halcón regresando al brazo posándose sobre el guante de cuero de su amaestrador. No quiero figurar en la historia artística, ni en el mismo arte, sólo pretendo acostarme en la hierba para mirar las estrellas. Yo siempre he hablado de la libertad de la conciencia, de la sabiduría... Los profesores tratan de interpretarme, pretenden saber qué busco con mi pintura, pero lo único que quiero es ser parte de la mirada de algún extraviado, de alguien que se siente más solo que Adán.../ Un artista es una ventana, muestra lo que está detrás de las cuatro paredes, es como el cuadro que cuelga un preso para poder huir. Tal vez por esto pinto, intento aniquilar los muros con la idea de que alguien cautivo o afligido pueda volar. Nunca me ha interesado el reconocimiento y muchas veces he dicho que prefiero trabajar como artista póstumo. En Chile me quieren convertir en Gabriela Mistral y en muchas partes del mundo pretenden volverme un pintor famoso, petrificado; desean que mi imaginación se congele y que repita fórmulas o realice cuadros que la crítica pueda comprender; por eso siempre me distancio.


Roberto Matta


Marina Serrano - Psiquis anatómica, La doble organización del conocimiento




FETO (8)


Antes que yo, he sido esto

que cree

y se ha hecho cuerpo.

Desde el verdor que es centro

y me ocupa de lado a lado,

desde el blanco mate de mis palas metálicas,

esta carne marcada

por las desviaciones sutiles y prietas

de mis creencias.


Soy el hacedor

encadenado

que ocupa la totalidad del espacio.






________________________

8 Feto: del latín fētus, ŭs,/


Completo el brote, la extensión

es el atributo de los hijos,

ocupar la casa, las colonias,

hacerse gigante

hasta llover sobre todo.


/'ventregada, producto de un parte', "cría". De la misma raíz latina que fecundus y que femina, 'mujer'. Podría ser también un derivado de la raíz indoeuropea dhē(i), 'mamar'. En uso desde la antigüedad, documentado en español en textos médicos del s. XV, en francés en el s. XIV.



PIEL(15)


Se aprende más sobre la caprichosa anisotropía de la piel

quitándose del medio.

En la evitación del acto conclusivo, en el olvido molesto

de estar siempre presente, surge la manifestación

de las cualidades,

y al ser tocado se modifica lo invariante,

lo que parece firme.


En mesetas ancestrales se forman nuevas memorias.

A lo mortal, a lo que tiene el perfil de garras,

de piedra monumental, reacciona

universal, y al no ser

elegido que empalaga, sacia y genera

un repeler de ofidio, de animal que rechaza.


Por medio de la piel no debería despertarse

en mitad de la noche a los seres satisfechos,

a los que consolidan,

y menos con faneras

rozando como armas la destilación del día.




___________

15 Piel: del latín pell(em),/


El planeta azul, la copa de nuestra boda, la diosa, no existen

sin su forma,

sin polvos derivando por el plasma.

Múltiples estratos separan

a los seres que vuelan, costra de escamas,

y la sangre se deja fluir

en sus límites.

Lo que está más allá se representa

en la piel primera y más íntima,

plegada, en la placa gris. Luego blanca.

Espejo del espejo.


/'piel'., En uso desde latín arcaico sin interrupción; documentado en español en 1140. En anatomía se refiere a la cubierta exterior del cuerpo. Al tejido que reviste la superficie, cavidades y conductos del organismo se lo llama epitelio, que proviene del latín ephitelium, de griego ep(í)  ἐπί "sobre" más thēl - θηλήn en griego, 'pezón', 'tejido con formas apezonadas' más -iu(m) que en latín hace sustantivo. Su lengua base es el griego, y la palabra fue acuñada en 1703 en latín científico por F. Ruysch.



HUESOS (25)


La marcha, el hacer de la vida,

los lugares por donde se va, cambian y no.

El concierto de los ciclos

de los vertebrados, el viento, las manadas

atraviesan y el camino se vuelve sedimento

denso, rico. Y la continuación

necesaria de los pasos,

así como indiferente pasa ante muertos ajenos,

delante de los propios

huesos ya sin carne, limpios,

casi pulverizados, de nuestros padres,

llora y nos detiene

cada vez.


________

25 Hueso: del latín ossu(m),/


Consume volviendo sal y costra,

la sangre,

lo rígido del espíritu

cuyo mandato ribosómico es perdurar.

Divide el libro sagrado,

cada línea, cada norma, talla surcos y bordes,

es ley

y en cada ley

elige conservar

mayor o menor espacio

para lo que muta.


/'hueso'. Su raíz indoeuropea es osth- 'hueso' (sánscrito ásthi, avéstico, ast-, albanés astht-, hetita hâstai-, griego, οστούν, latín, os). En anatomía, cada una de las piezas duras que forman el esqueleto de los vertebrados. En botánica, parte dura y compacta en el centro de algunos frutos, como la aceituna, la guinda, el melocotón, etc., en la cual se contiene la semilla.


Marina Serrano, Psiquis anatómica, La doble organización del conocimiento, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2016.

Obra visual: Roberto Matta.







lunes, 1 de enero de 2024

Eduardo Stupía


Empezar a dibujar en este tipo de trabajo es como empezar a hablar. Cuando empezás a hablar no lo hacés en un lugar, lo hacés desde cualquier lado, el habla construye su lugar. La línea construye su estatuto a partir del momento en que aparece en el plano, el plano va a cambiar de un modo u otro en la medida en que vos ponés una primera línea que va a empezar a crecer y ponés la segunda y esa línea va a seguir hasta el momento en que yo me detengo, interrumpo ese primer tejido y me voy a la otra punta del cuadro y hago otro y así sucesivamente, voy haciendo una especie de islas que se van a ir interrelacionando paulatinamente. Ese tejido tiene que ser intrínsecamente afín y al mismo tiempo diverso. Pero no es la diversidad por la diversidad, porque si no es un patchwork, una antología de grafismos. Y si es demasiado uniforme es un tejido muerto. Entonces tiene que haber un balance entre la diversidad y la organicidad del asunto.

Podría decirte que hay obras que me gustan más que otras. En general me gustan más algunas que podríamos decir que son más “erróneas” en el sentido de una hipótesis de rumbo grafico a seguir. No creo en el error como algo en lo que te “equivocaste”, creo en la imperfección, el lenguaje grafico es siempre un desplazamiento, aquello que no es dicho, y hay siempre una ceremonia fastuosa para decir lo que no podés decir.

Lo saliente es el hecho de que en mis trabajos no puede encontrarse un punto defectuoso ni un punto virtuoso. Son más bien cuadros “fenoménicos”, puede quizás verse que en la superficie del cuadro algunas zonas hacen más o menos ruido en relación a otras.  A mí me interesa esa incomodidad. Ni la organicidad ni la coherencia tienen por qué ser la entrada principal al cuadro. También tiene que proponerse una dificultad, una situación conflictiva, una entrada a través de cierta incomodidad.

Eduardo Stupía


Alicia Genovese - Puentes



Puente Avellaneda, Pueyrredón

Puente Alsina cambiado el nombre

en los mapas,

por el mismo zanjón del Riachuelo

Puente la Noria. Pasajes

al otro lado de la ciudad;


no son postales congeladas

mis idas y vueltas

sino pigmentos tornadizos

como la capa de asfalto

El paso capturado y la mirada

en la misma

agua grasosa que no absorbe

el desecho químico. Amargor

que queda flotando en la superficie

como en el cuerpo

lo inasimilable


***


Hay un pozo imantador

en este cruce

de puentes suburbanos

que en cada pasada

me desvía

hacia tiempos suspendidos

como hacia un carril

de detención

Petróleo muerto, desgastes

erosión obsesiva

que no ha logrado disolver

cierta hora de niebla temprana

y cielo opaco para llegar

al sitio de los comienzos

Más allá, del otro lado

el viento para en los oídos

y empieza la gravedad, la filigrana

de pequeños actos perecederos

y su trazo enmarañado

Pero aún sobre el puente, suspensa

puedo asir del trayecto

el goce a futuro

de la expectativa,

ese rocío ensoñado que fue

siempre a escondidas, una forma

instantánea de felicidad


Napas geológicas de la memoria

en la napa oscura del río, mezcla

donde no llegan grandes obras

de saneamiento

y ninguna partida es concluyente


Manchas de brea y plomo

paisaje quemado que tiembla


***


Sobre estas plataformas

el tiempo se desata:

cercano el ayer, el futuro

se toca

y el espacio-tiempo del puente

es un punto estallante de carga y descarga,

grúas en el puerto,

armado y desarmado

de la misma figura:

camino en el aire, rocío ensoñado

hábitat incandescente

Puentes hacia el sur

volver es aprender

a acercarse al obstáculo


***


Le digo a mi hija

que me gustaba viajar

en los escalones altos del tren

al lado de las puertas,

un día

que la línea electrificada no funciona

y subimos a un adicional

de vagones en ruinas

¿Es a vapor? pregunta

y la locomotora se convierte

en una ilustración de enciclopedia


Herrumbre de vigas inclinadas

cuarenta y cinco grados, remaches

en los puentecitos,

tallas ásperas del ferrocarril

sur. La voz de Manal

en los setenta interrumpiendo 

el triste descampado;


algo me anuda

a mí 

como una caricia



Alicia Genovese, Puentes, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2000.

Obra visual: Eduardo Stupía.





domingo, 24 de diciembre de 2023

Graciela Perosio - Fresias de octubre




todavía hace frío

este invierno parece interminable

pero la luz ya ofrece fiesta

y siento que podré caminar

hasta el kiosco de flores

sin demasiado esfuerzo


miro    dudo

"llévese las fresias

probablemente sean las últimas del año"


—la palabra "últimas" permanece en mi oído—

"estas   tan coloridas"

las fresias de octubre

me brindan un cierto equilibrio

—la palabra "últimas"

un exorcismo final—


empiezo a escribir con el ramo

delante de mis ojos

me propongo una íntima celebración

porque aún

aún 

respiro


***


este invierno del 2018 quedará en la memoria

de los habitantes de Buenos Aires

particularmente crudo

húmedo   triste

con la necesidad perentoria

de ahorrar gas

de restringir el uso de la calefacción

perplejos

frente a un grupo de personas

encaramadas al poder

dispuestas a destruirnos

a vaciarnos

de pensamiento   de ocurrencia   de reacción


nosotros   atontados así

sin conseguir entender


sin estrategia útil


***


adelgazo entre 700 y 800 gramos por día

la armonía de un esqueleto de curvas suaves

reaparece tras la piel

que colecciona varias cicatrices importantes

la sensación al pararme es de flotar

de estar en una atmósfera ingrávida

me bandeo hacia los lados

como me muevo con lentitud

no llego a golpearme contras las paredes

observo ahora tantos detalles de la casa

dónde se levanta un poco el parquet

un golpe en el zócalo que astilló la madera

la casa en la que vivo hace veintinueve años

me cuida

dice mi historia   la nuestra

susurra   cobija

es bueno permanecer aquí en silencio

paso horas inactiva observando   observando

me acompañan las plantas del balcón

desde el piso de abajo trepan una hiedra y un helecho

cada día se corre un poco el sol

hacia fines de octubre y a lo largo de noviembre

entrará de lleno en la cocina 


entonces   cuando llegue

voy a abrir la ventana para que acaricie

las hojas del potus

¡tan noble! que crece con solo

un poco de azulada luz

de tubo


***


raro este temblor

como vivir

en permanente estado de sismo

cuando doy paso a alguien en la calle

me ladeo

voy irremisiblemente hacia el cordón

trato de mantenerme cerca de la pared

cada tanto la toco con la mano

me apoyo un poquito

lo máximo tres cuadras de ida

me siento un poquito

y regreso   tres de vuelta no más

ruego

que no se corte la luz

no podría subir 

por la escalera

tiemblo tanto

que no puedo usar la tijera

¿qué será?

vivo en estado de temblor


***

" a usted de la neumonía ya no le quedan ni rastros

¿cuánto pesa?"

Ahora   voy empezando a bajar

pero durante la quimioterapia aumenté 10 kilos

"jajaja 10 kilos   ¿pero qué se comió? se dio con todo

jajaja"

pero ¿de qué se ríe   doctor?

¿de una mujer que perdió su mama derecha?

¿se ríe de una bella espalda cortada de lado a lado

para poder hacer un injerto de piel en el pecho?

¿se ríe de una mujer que

en menos de dos meses quedó calva?

¿sin un vello siquiera en todo el cuerpo?

¿sin cejas   sin pestañas?

¿se ríe de una que miraba en el espejo

a un ser a quien no reconocía?

¿pero de qué   de qué se ríe   doctor?


***


"no   aunque lleguemos a modificar

el hipertiroidismo

el daño cardíaco está hecho

no hay vuelta atrás

ahora viene el cardiólogo

y le indica la medicación

y los cuidados

ya le reservamos turno con él

para que la controle de nuevo

antes de la semana"

entra el doctor que se llama Arakaki

pero en mi desconcierto

le digo "haraquiriri"

me vuelven tantos recuerdos

de mi corazón 

de nuestros corazones

historias que aún palpitan

en la memoria


***


ahora que conozco más 

de los vericuetos de las almas

que aprendí a estar atenta

a los muchos matices verdaderos

ahora que me lanzo

celebrando alianza con el agua

y con menos temor de acantilados y arrecifes

ahora   sin embargo

mi cuerpo se ha encogido

mis pestañas escasas

la piel se apergamina

mientras cubro cuidadosa

una exclusiva colección de cicatrices

me distraigo estudiando los cambios de la luz

y me sorprendo de golpe al comprobar

qué rauda se ha pasado la mañana

ahora que me enredo en mi silencio pensativo

y me pierdo en las agendas telefónicas buscando

un interlocutor sereno que converse

no obstante   aunque parezca

que me volviera tímida 

siento en mi pequeñez la inmensidad y canto

E non ho amato mai tanta vita!

Tanto, la vita!


Graciela Perosio, fresias de octubre, el jardín de las delicias, Buenos Aires, 2022.

Obra visual: Colectivo santiagueño Ossobuco